Playas doradas, pintorescos pueblos blancos de la sierra , impresionantes paisajes donde el sol y el mar bañan por igual sus tierras. Así es Andalucía, un rincón de tradición y arte con una gastronomía para chuparse los dedos.
Más de 18 años han pasado ya desde que aterricé aquí.
Mi pasión por el jamón empezó mucho antes de asentarme de forma permanente en España. No podía ser de otra manera...
Recuerdo perfectamente mi primer contacto con el jamón ibérico de Bellota. Fue una noche de verano en uno de esos típicos bares sevillanos en el casco histórico. Manolo, un camarero simpático de pequeña estatura, cortaba unas finas lonchas como si estuviera tocando el violín, para el disfrute de mis ojos. Mi paladar también compartiría esa alegría: por primera vez probé un manjar que ya nunca más olvidaría. Cada vez que lo pienso, se me hace la boca agua.
Puede que te sorprenda, pero no todo el jamón español es igual de sabroso y de la misma calidad. Muchas de las pequeñas empresas familiares que hacían sus jamones de manera artesana, con mucho amor y mimo, han tenido que dar paso a las empresas industriales. Bajo la presión de la competencia y sobre todo por el afán de ganar cada vez más, sacan jamones baratos al mercado de una calidad inferior. Tú y yo , como amantes de la buena comida al final somos las víctimas.
Para separar el grano de la paja y sólo presentar lo más valioso en la mesa, hacemos viajes culinarios con objeto de encontrar esa joya, ese auténtico manjar que nos hace perder todos los sentidos. Para que tú puedas disfrutar sin preocupaciones!
¡Qué aproveche!
Pieter y equipo