El secreto de nuestro chorizo ibérico de bellota se esconde en la crianza propia por parte del agricultor de los cerdos. Viven y pastan en libertad en las extensas dehesas andaluzas, un ecosistema único en el mundo. Es aquí donde comen pastos naturales y bellotas. Estos le confieren al cerdo ibérico una calidad de carne inigualable.

Después de realizar una selección de los magros más excepcionales, son adobados con una mezcla selecta de especias mediterráneas, como el pimentón que le da el típico color rojo a este embutido.

Posteriormente es curado de forma natural durante 3-4 meses en los secaderos naturales. Este proceso acentúa aún más los aromas y sabores, convirtiéndolo en un producto magnífico que es capaz de sorprender hasta los más exigentes.

Libre de gluten.